El diario, como veis por las
fechas, es para todos los días. Como el año pasado, la idea es que cada día,
antes de acostarse, recordéis con ellos cómo ha transcurrido la jornada, y
decidáis juntos qué es lo más importante, para escribirlo en tres oraciones como mínimo. Debéis
pedirles que primero os lo cuenten oralmente, para después transcribirlo en el
diario intentando que el texto, aunque breve, responda a preguntas como
¿cuándo? ¿cómo? ¿qué? ¿con quién?, añadiendo al final una valoración personal
(por ejemplo: “Esta mañana he ido con mi madre y mi hermana de compras en el
metro. Había mucha gente, y como me porté muy bien, mi madre me compró una
bolsa de chuches. ¡Ha sido estupendo!”). Algunos siguen comiéndose las palabras
cortitas (la, de, a…), o no terminan algunas palabras o frases: eso es porque
aún su pensamiento va más deprisa que su mano. Subsanarán esos errores si
después de escribirlo os lo leen en voz alta.
Por supuesto, los días que
lleguen muy cansados a casa pueden dejar el diario para primera hora de la
mañana siguiente. Eso sí, lo escriban cuando lo escriban, la letra debe ser
legible y el aspecto del texto limpio.
En el recuadro inferior pueden
hacer un dibujo de lo que han contado, o pegar un recuerdo (la entrada de cine,
el ticket del zoo, el billete del metro, una foto…) de ese día.